ME VALE MADRES
En México más que en cualquier otro país tenemos una gran cantidad de religiones que mueven y
determinan estilos de vida de muchos
mexicanos, dentro de este libro se mencionan muchos puntos muy importantes, en
donde si observamos con mucha determinación podemos llegar a la conclusión de nuestro
mundo, nuestra vida podrá llevar rumbos llenos de disturbios y pánico y
mientras es más preocupante nuestro camino más nos podremos burlar de este,
como en este libro de me vale madres donde menciona toda la ideología que
envuelve nuestro país, en nuestra fe nuestras creencias nuestros temores sobre
una deidad única e incuestionable, lo cómico que suena todo aquello que se nos
ha enseñado y se nos ha inculcado de persona a persona, de adulto a niño, una
serie de comentarios que ponen en cuestión mucho de sus existencia y su manera
de existencia como un dios todo poderoso.
Una sección del libro es muy curiosa, esa sección a la que me
refiero es donde menciona la importancia de una mujer en la vida de un hogar,
es curioso que el dios que todos
adoramos tenga que ser hombre de curiosas características físicas como
las de un adolescente americano sin preocupación de su apariencia física, es
penoso saber que las mujeres no ocupan para los religiosos un lugar importante,
como el de un hombre en representación de todo suceso trascendente en la
historia, los hombres han ocupado siempre el puesto como seres supremos ante
cualquier cosa sin embargo las mujeres se han descrito e incrustado como la
sombra de todo hombre, como su protectora sentimental, la parte tierna en la
educación de todo hombre cuando tienen más pantalones que cualquier hombre en
la tierra como lo dice el libro.
Una cosa si es muy clara, a lo largo de toda la lectura
comprendemos que las clases obtenidas a lo largo de tu crecimiento sobre dios o
los dioses en el peor de los casos es simplemente una herramienta o un camino
que podemos escoger siempre y cuando no lo hagamos una obsesión en nuestra
mente, ya que en la mayoría de los casos se vuelve una muralla muy alta como
para poderla pasar nubla tu vista y reprime tus ideas , y como una vez dijo el
che Guevara la religión es como la fiebre que si no se controla puede terminar
en delirio.
Debemos eliminar todos los complejos que creamos superiores
dentro de nuestro entendimiento razonable, y aprender de nuestros errores
aunque nos cuesten muchas lágrimas, o muchos días de depresión, no podemos
vivir temerosos de realizar alguna acción esperando que sea aprobada por un
dios que podría castigarnos tanto que nuestra mente quede perdida entre tanto
dolor, toda una eternidad de felicidad o sufrimiento de acuerdo a como te hayas
comportado en tu vida mortal, en conclusión tomar la riendas de tu vida y dejar
de vivir con miedo o esperanza de que alguien nos solucione la vida.